Cuenta la leyenda que, en tiempos olvidados, durante una de las emigraciones hacia las cálidas aguas del sur, una exploradora cría de las ballenas grises que pasaban por la bahía de Ensenada se separó del grupo. Durante su paseo se atoró en unas rocas y en busca de ayuda decidió lanzar sucesivamente pequeños y grandes chorros de agua para alertar a sus compañeros. Con el tiempo, este ballenato se convirtió en piedra y se fusionó con las rocas del lugar.
Visita con nosotros el segundo geyser marino más grande del mundo y descubre si la leyenda es cierta. Lo mejor, está a solo 40 kms del centro de la ciudad.